domingo, 30 de julio de 2017

UNIDAD 2

2.3 ANTIGUA GRECIA: ESPARTA Y ATENAS

NEURONA


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COMENTARIO

Atenas y Esparta absorbieron a sus débiles vecinos en una liga o confederación bajo su control. Esparta, militarizada y aristocrática, lo hizo mediante conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy estricto. La unificación del Ática, por el contrario, se realizó de forma pacífica y de mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas, que otorgó la ciudadanía ateniense a los habitantes de las pequeñas ciudades.


UNIDAD 2

2.2 CIVILIZACIONES DEL MEDIO ORIENTE Y EL MEDITERRÁNEO 


NEURONA

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COMENTARIO

Las civilizaciones asiáticas siguieron, en la antigüedad, una evolución completamente independiente de las culturas del ámbito mediterráneo. Tan sólo Persia actuó, de forma ocasional, como puente entre Asia y Europa.

Con un diferente desarrollo histórico y cultural, India y China generaron otros modelos sociales y económicos, nuevas religiones, filosofías diferentes y, como fruto de todo ello, una mentalidad distinta, la oriental. Nacía así el concepto sociocultural de Oriente.
El mundo asiático generó en la antigüedad tres grandes civilizaciones con características propias bien diferenciadas.
Lo que se conoció como Persia, una región del Asia occidental, completó tempranamente (hace unos 11.000 años) su transición hacia el Neolítico, lo que permitió colonizar las altiplanicies y depresiones lacustres. Durante algunos milenios, el progreso material y cultural de la zona transcurrió más lento que el del Próximo Oriente, donde los ríos permitían cultivos intensivos de regadío y, en consecuencia, mayor densidad de población y existencia de ciudades.
Persia fue capaz de crear el mayor imperio hasta entonces conocido duró, tan sólo, poco más de doscientos años y, en muchos aspectos, se fundamentó en los logros culturales de los mesopotámicos y de los pueblos que llegó a conquistar. Su esplendor, efímero, dejó poca huella en los siglos posteriores.
Entre toda una circulación de pueblos por la región, aparecieron, hacia el IX milenio, grupos de lengua aria, divididos en dos ramas: medos y persas. Estos pueblos arios, al establecerse, rompieron el equilibrio demográfico en favor de los pastores itinerantes, e impusieron la hegemonía de una aristocracia de jinetes guerreros. Esta unificación lingüística y cultural permitió en el II milenio recuperar el esplendor comercial de 2.000 años antes y atrajo la codicia de los imperios mesopotámicos, especialmente el Asírico. El período posterior es oscuro, debido al cuidado que los escribas asirios ponían en ocultar los fracasos de sus reyes. De algún modo, los medos consiguieron crear un estado unificado, derrotaron a los asirios (destruyeron Assur y Nínive), y sometieron a los principados persas.
Por su parte, en India y China nacieron unas culturas que, aún hoy, mantienen vigentes muchas de sus tradiciones y creencias, y que han sido definitivas en la trayectoria histórica y cultural del continente asiático hasta el siglo XX. Fundamentadas en la riqueza agrícola, compartieron algunas de las creencias religiosas más perdurables de la humanidad.
Se trata, por tanto, en su conjunto, de culturas en las que el sentimiento de respeto por lo tradicional estuvo muy arraigado desde sus orígenes, dando como fruto cierta tendencia hacia el inmovilismo, que ha diferenciado a estos pueblos de los restantes del planeta.